miércoles, marzo 11, 2009

Carta

Esta noche en tu cuarto, sentado junto al borde de tu cama repasé infinidad de momentos que el universo me ha regalado a través de tu vida. Hoy cuando tu ausencia física en casa es más palpable, los pequeños detalles cobran sentido y aquellas circunstancias que lastimaron de momento nuestro corazón, se tornan anodinas y carentes de sentido, ante la ausencia del abrazo o de la caricia pospuesta a través del tiempo.

Te he visto crecer, hijo, con alegrías, tristezas, llantos, risas, esperanzas, desilusiones, afanes y amores. Y ahora, siete meses después de tu despedida y a solo tres de tu regreso, agradezco a Dios y a la vida la fortaleza que has demostrado para sostenerte sin nuestro apoyo; doy gracias por la fuerza y nobleza de tu espíritu que ha abierto senderos de intelectualidad y sabiduría en medio de maestros y amigos; doy gratitud por tu corazón que se ha templado en el crisol de de la ausencia familiar, no para endurecerse sino para hacerse más noble en el reconocimiento de los sacrificios ajenos y la solidaridad con quien está a tu lado.

Esta noche en tu cuarto, sentado junto al borde de tu cama contemplé tu retrato de ayer, y agradecí a Dios el maravilloso regalo de tu existencia, y empiezo a descubrir mi propia metamorfosis cuando siento que empiezas a dejar de depender de mí, y soy yo quien empiezo a necesitar de tu sostén.

Hijo...esta noche en tu cuarto he lanzado al firmamento, un beso de buenas noches y un susurro de abrazo que te alcance en la distancia.... mientras regresas.

Te amo

2 comentarios :

  1. El texto más hermoso que has escrito jamás...

    Un abrazo grandote

    charo

    ResponderEliminar
  2. la carta me hizo llorar......
    cuando leo cada mensaje que hace mi familia me doy cuenta de la maravillosa bendicion de mi padre y de lo grande que es la vida.

    ResponderEliminar